Están sumergidas en un mundo al que nadie puede entrar, en el que ellas no pueden salir, que no hay solución y ellas viven creyendo que son felices, una felicidad relativa dependiendo de como brille el sol, de como nazcan las estrellas y como salga la luna.
La gente cambia, para que puedan aprender a dejar que se vallan aquellas cosas que van mal, para que podamos apreciar cuando estamos en lo cierto, todos creemos que encontramos la manera muy acertada de aprender a no confiar en nadie excepto en nosotros mismo, y a veces, las buenas cosas se desmoronan, y las cosas mejores pueden caer juntas.