Cada segundo importa.

martes, 10 de mayo de 2011

Corazones.

No hace falta que me digais eso de que perdeis la cabeza por sus caderas, ya se de sobra que tiene esa sonrisa y esas maneras y el remolino que forma en cada paso, gesto que dá, y además la he visto seria, ser ella misma, y enserio que es no se puede escribir en un poema, y eso que me cuentas de mirala como bebe las cervezas y como se revuelve sobre las baldosas, y que fácil parece a veces enamorarse, todo eso de que ella puede llegar a ser ese puto único motivo por el que seguir vivo y a la mierda con la autodestrucción, todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor, es un cuento que me sé desde el dia que ella me dio dos besos y dijo su nombre, pero no sabes lo que es caer desde un precipicio y aparezca de golpe y de frente para decirte "venga hazte un peta y me lo cuentas".No sabes lo que es despertarte y que ella se retuerza y bostece, te abrace y luego no sepas como deshacerte de todo el mundo. Asi que supondrás que yo soy el primero que entiende que pierdas la cabeza por sus piernas, y el sentido por sus palabras, y los huevos por un mínimo roce de mejilla, que las suspicacias, los disimulos cuando su culo pasa, las incomodidades de orgullo que pueda provocar, es con algo con lo que ya cuento. Quiero decir que a mi de versos no me tienes que decir nada, que hace tiempo que escribo los míos. Que yo también la veo, y cuando ella cruza por debajo del cielo, solo el tonto mira al cielo, que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior. Que conozco su voz en formato susurro y en formato gemido y en formato secreto, que me se sus cicatrices y donde la tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para que se ría, y me se lo de sus rodillas y las formas de tocar su guitarra, que yo también he memorizado su número de telefono y también el número de sus escalones y las veces que afina las cuerdas antes d ahorcarse por bulerias, que no solo conozco su última pesadilla, también las mil anteriores y eso que no tengo cojones a decirle no a nada, y eso que tengo más deudas con su espalda que nadie tendrá jamás con la luna, que hay tantos enamorados en este mundo que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente ella.

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