Cada segundo importa.

jueves, 19 de mayo de 2011

Por mi mal que vaya todo, tiene un limite.

Por muy mal que se pongan las cosas, por muy mal día que tengas, por muy torcido que te salga todo.. No te preocupes, ese es el límite. A partir de ahí todo puede salir a pedir de boca, porque ya es imposible que valla a peor.. Así que levanta la cabeza, sécate las lágrimas, guíñale un ojo al espejo y sal a la calle a disfrutar. Y sonríe, pero sonríe con la boca bien abierta y libérate de todo el daño que sientes, porque no merece la pena 
seguir sufriendo.

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