Cada segundo importa.

martes, 22 de marzo de 2011

Suelo tener sueños muy realistas, y la mayoría me dan miedo.

- Desde que te conozco, estás presente en todo lo que hago. No puedo desligarme de ti. No pueden hacerlo ni mi corazón, ni mi sangre, ni mi mente, ni ninguna parte de mí. Y no quiero hacerlo.
+¿No quieres?
-Siempre he pensado que el amor te vuelve estúpido. Te hace débil. Amar es destruir. Yo creía eso... Y entonces te conocí a ti. El amor no te volvía débil, te volvía más fuerte que cualquiera que hubiera conocido nunca. Y comprendí que el débil era yo.
+No. No lo eres.
-Tal vez ya no. Podría haber muerto. Casi lo hago. Pero yo pensaba en ti. Te veía allí, claramente, como si estuvieses de pie delante de mí, contemplándome, y sabía que quería vivir, lo deseaba más de lo que nunca había deseado nada, aunque sólo fuese para poder ver tu cara una vez más. Y ahora te estoy mirando, y tú me preguntas si todavía te quiero, como si pudiese dejar de amarte. Como si fuese a renunciar a lo que me hace más fuerte que ninguna otra cosa. Desde la primera vez que te ví, te he pertenecido completamente. Y todavía te pertenezco. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario