Cálzate bien, pisa fuerte, con ganas. No tengas miedo de romper el suelo. Camina con seguridad, firme. No mires atrás, tu futuro está al frente. Lo pasado, pasado es. Algo mucho mejor te espera. Ahora sigue avanzando. Así, muy bien. Corre tras todos tus sueños. No los dejes escapar. Lo has logrado, te sientes más seguro/a ¿verdad? Bien, a continuación salta esos obstáculos que se te presentan. Esquívalos con valentía. Vaya, siguen habiendo más obstáculos. Pero... ¿quién te ha dicho que esto sería fácil? Muy bien así me gusta, has sabido manejar la situación. Te encuentras sobre un camino sin curvas, recto, estable, como tu propia vida. Un momento, ¿qué ocurre? Todo se te viene a la palma de la mano. Agárralo, no lo sueltes! ¿Qué está pasando? Un momento, tienes el mundo a tu alcanze. Tu mandas. Está claro. Yo ya no puedo guiarte más. Ya has aprendido a correr maratones, volar sobre los Alpes, a nadar mil y un océanos. Este momento es clave. TÚ decides tu vida. Lo que desees con fuerza se te hará realidad. Nada ni nadie te lo arrebatará. Es simple, tan simple como vertir agua en un vaso. La vida, tu vida, es tuya. Tú eliges tu destino.